Debemos el descubrimiento del foie gras a los egipcios que, intrigados por los largos viajes migratorios de las ocas que se refugiaban a orillas del Nilo durante el invierno, descubrieron que estas aves eran capaces de almacenar reservas naturales en su hígado. De refinado sabor, la acumulación de grasa hacía variar su tonalidad natural hacia un color amarillento.
Pero la introducción definitiva en la cocina se la debemos a los romanos, que probaron las cualidades gustativas del hígado de las ocas que ellos mismos alimentaban con higos. Según Horacio, el primer plato de foie gras aparece durante un banquete celebrado en Roma en el siglo I a.C. Los judíos de la Europa Central fueron durante años los únicos que conocían el secreto para obtener el mejor foie gras. Siglos después, se podían encontrar patés y tarrinas de foie gras de oca y de pato en las regiones de Alsacia y del Sudeste francés, que se disputan el origen de tan preciada receta. Desde entonces, este producto se ha convertido en un auténtico placer para los sentidos, conquistando paladares de monarcas –como Luis XIV y Luis XVI–, escritores como Alejandro Dumas, músicos como Rossini; y gracias a la invención de la esterilización y el desarrollo del transporte, su fama se ha difundido desde Francia por todo el mundo.

 INGREDIENTES

Para 8 vasitos:
100 gr. de Foie micuit comprarfoie
150 gr. de Yogurt griego
3 cucharadas soperas de Vino Pedro Ximenez
Sal y Pimienta
Almendra cruda en cubitos
Mermelada de Higos

PREPARACIÓN

Poner una sartén al fuego con los cubitos de almendra y tostarlos, removiéndolos continuamente para que no se quemen. Sacarlos de la sartén y dejarlos enfriar.

En el vaso de la batidora poner el foie y el yogurt a temperatura ambiente con las tres cucharadas de vino, la sal y la pimienta. Triturar hasta que quede una pasta cremosa y fina (no batir en exceso y preferiblemente con una velocidad baja).
Poner en el fondo del vasito una cucharadita de mermelada de higos, rellenar encima con la crema de foie y acabar poniendo las almendras tostadas. Conservar en la nevera.

Una hora antes de servir, sacarlo de la nevera para que se atempere.

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