El nombre de la Trompeta negra o de la muerte, se debe a que tiene un sombrero al principio tubular y después abierto, semejante a una trompeta con el borde delgado y redondeado, perforado en el centro y vacio hasta el pie.
Es fácilmente reconocible por su color negro y a pesar de su nombre no mata a nadie.
De carne gelatinosa, de poco grueso, muy sabrosas, agradable sabor a bosque y exquisito aroma, hay quien opina que las trompetas son más deliciosas cuando están desecadas ya que poseen mayor aroma así como concentración de sabores que cuando son frescas. Es especialmente exquisita y considerada por los mejores gourmets un acompañamiento muy especial.

INGREDIENTES

500 gr. de Chipirones
150 gr. de Gambas pequeñas
25 gr. de Trompetas negras secas
200 gr. de nata para cocinar ligera
50 gr. de vino blanco
Aceite de Oliva
Sal

PREPARACIÓN

Poner las setas en remojo durante 15 minutos en agua tibia. Escurrirlas y ponerlas a hervir en agua limpia durante 10 minutos. Escurrirlas de nuevo y reservar.

Pelar las gambas, reservar las colas peladas y unas 10 cabezas.
Limpiar los chipirones.

Poner un chorrito de aceite en un cazo y saltear las cabezas de las gambas, agregar la nata y sal, dejar cocinar durante unos minutos a fuego muy lento.
En el mismo cazo, triturar con la batidora la nata y las cabezas. Pasar la crema obtenida por un colador de malla fina ayudando con el dorso de una cuchara.
Deberá quedar una crema suave y rosada. Reservar.

Saltear las colas de las gambas en una sartén con un chorrito de aceite, sacar a un plato y a continuación saltear las setas y poner sal al gusto. Reservar las dos en caliente.
En el mismo aceite saltear los chipirones, añadirles el vino, sal al gusto y dejar reducir.

Montar el plato extendiendo en la base la crema de gambas, un montoncito de setas en el centro y los chipirones y las gambas por encima. Servir caliente.

Pin It on Pinterest

Share This