Hace unos días mirando un viejo libro de cocina encontré media hoja de libreta, al darle la vuelta vi que eran los ingredientes de una receta. De repente recordé un día de verano de hace muchos años en que parte de mi familia (padres, herman@s, sobrin@s) estaban en mi casa…
Ese día calló un diluvio, se inundó la parte baja de mi casa e hicimos una cadena humana, entre todos y con unos cuantos cubos (entre risas y baños inesperados) vaciamos el agua… mientras mi sobrina Gemma nos hacia estas rosquillas.

INGREDIENTES

1 Huevo L
1 tacita de Aceite de Oliva suave (100 gr.)
1 tacita de licor de Anis (100 gr.)
5 cucharadas de Azúcar (100 gr.)
1 cucharadita de Levadura química (Royal)
350 gr. de Harina

300 gr. de Aceite de Oliva suave para freir
Azúcar y canela para rebozar

PREPARACIÓN

Poner en un bol grande el huevo, el aceite, el anís, el azúcar y mezclar con varillas manuales. Añadir la harina tamizada con la levadura y mezclar con una espátula hasta conseguir una masa blanda y uniforme. Dejar reposar tapada una hora.

Poner al fuego una sartén con el aceite y calentar sin que llegue a humear.
Para hacer las rosquillas ir cogiendo con las manos engrasadas con aceite, porciones de masa de unos 25 gramos aproximadamente, hacer una bola y presionar en el centro con los dedos pulgar e índice para hacer un agujero, estirar la masa para agrandar el agujero e ir metiéndolas en el aceite caliente y dorarlas por los dos lados. Sacarlas y ponerlas en un plato con papel absorbente para que escurran el exceso de aceite.

Mezclar azúcar con canela y rebozar las rosquillas todavía calientes.

Dejar enfriar y conservarlas en un recipiente hermético