De todas las torrijas que he publicado… hechas al vapor, al horno, rellenas de crema o con vino, me quedo con las tradicionales, las de origen mas humilde y sin artificios, fritas en aceite de oliva y rebozadas con azúcar y canela.
En Menorca se les llama “sopes de partera”… al parecer, según la historia de la gastronomía era un plato indicado para la recuperación de las parturientas.
INGREDIENTES
1 barra de pan de leche o «viena» del día anterior
1 litro de Leche
50 gr. de Azúcar
4 huevos
1 palo de Canela
La cáscara de un Limón
100 ml. de vino Moscatel (Anís, licor de avellanas, de almendras, etc…)
1/2 litro de aceite de oliva suave
200 gr. de Azúcar
1 cucharadita de Canela molida
PREPARACIÓN
Poner en un cazo la leche, la cáscara de limón, el palito de canela y el azúcar. Hervir a fuego moderado durante unos minutos, apartar del fuego tapar y dejar reposar hasta que esté tibia. Retirar la cascara de limón y la canela. Incorporar el moscatel remover y dejar enfriar del todo.
Cortar la barra de pan en rebanadas de un centímetro y medio de grosor.
Batir los huevos con un par de cucharadas de leche.
Poner la leche infusionada en un recipiente amplio. Reservar medio vaso.
Poner el aceite en una sartén y calentarlo a fuego moderado.
Para hacer las torrijas, meter las rebanadas de pan en la leche infusionada dándoles la vuelta para que se empapen bien, sacarlas con cuidado, pasarlas por los dos lados en el huevo batido y después freírlas en el aceite caliente hasta que estén doradas.
Sacarlas con la espumadera y colocarlas sobre papel de cocina para que pierdan el exceso de aceite.
Mezclar los 200 gr. de azúcar con la canela y rebozar las torrijas.
Ponerlas en una bandeja y regarlas con la leche reservada.